A pesar de no culminar en la plaza del zócalo capitalino, el Orgullo de la ciudad de México tuvo momentos emotivos, como el homenaje al recientemente fallecido escritor e ideólogo, Carlos Monsiváis, fuerte defensor de los derechos LGBT
Este año la marcha del Orgullo de la Ciudad de México no pudo concluir, como años anteriores, en la plaza del zócalo, centro social y político del país, debido a que en la gran plaza se instalo una megapantalla para seguir los encuentros futbolísticos desde ese lugar.
Las autoridades capitalinas no permitieron que el Orgullo culminara ahí por los problemas de logística que esto ocasionaría, por lo que la Marcha tuvo que tener como meta el Palacio de las Bellas Artes, cercano a la plaza.
Entre los momentos destacables de la Marcha, estuvo el emotivo minuto de silencio que se le dedicó a la memoria del ensayista, escritor, ideólogo y cronista Carlos Monsivaís, defensor de los derechos LBGT y quien falleciera apenas unos días antes.
Entre los asistentes estuvieron Sabina Berman,dramaturga, la diputada Enoé Uranga y Jorge Saavedra, director de Censida, quienes renocieron, con un homenaje, a las personalidades LGBT de la cultura y de la historia del país como el escritor Salvador Novo, la pintora Frida Kahlo y a la monja poeta, Sor Juana Inés de la Cruz.
La Marcha del Bicentenario, como se le bautizó, dado que coincide con las celebraciones mexicanas por los doscientos años de independencia y cien de Revolución, tuvo más tintes políticos que sus predecesoras: “Esta marcha no es de fiesta, es de lucha y de protesta” era una de las consignas coreadas, sin embargo, la fiesta no estuvo ausente.
En este Orgullo estuvieron presentes charros montados a caballos, trans caracterizadas como “adelitas” o “valentinas” revolucionarias y otros personajes históricos con un toque rosa.
Tampoco faltaron decenas de Madonnas y ladys Gaga, ni osos, leathers, ángeles y mariposas.Una de las consignas de los contingentes más politizados era la de exigir la legalización del matrimonio gay en todo el país. Griselda Santos, activista de “ Las Dos Mamis”, declaró: “Es algo a lo que tenemos derecho, nuestras familias ya existen, ya tenemos a nuestros hijos, ahora lo que necesitamos es el derecho a que se pueda reconocer a las dos mamás, no sólo a la que los parió, que vea por ellos”.
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