Hace nueve años el mundo se estremeció por el atentado a las Torres Gemelas
Hoy se cumple un año más de aquel fatal acontecimiento en el que cayeron las Torres Gemelas, un año más de lágrimas derramadas por parte de los familiares de más de 3 mil víctimas quienes murieron ese día -cuyos restos aún son hallados entre las ruinas de la “Zona Cero”-, y por quienes tuvieron empatía al ver cómo la vida de esos seres humanos se extinguía, sin culpa alguna, por un atentado terrorista. En esa jornada el imperio de EE UU se mostró vulnerable, se comprobó que incluso los más grandes pueden caer, que nadie es imbatible, y que en momentos difíciles no está solo, pues recibió el apoyo del mundo entero. Muchas páginas se han escrito en ese capítulo de los anales norteamericanos en estos nueve años, pero la historia sigue intacta y el recuerdo continúa vivo en la memoria de todos los ciudadanos, por lo que Noticia al Día hace un recuento de los hechos.
Aquella mañana, al igual que todas, el sol iluminó el cielo, pero un episodio oscuro estaba por hacerse sentir antes del mediodía. Los ciudadanos comenzaron sus actividades rutinarias, los programas de noticias iniciaron su transmisión y para antes de las 11.00 ya tendrían el evento que conmocionaría a la nación, al resto del planeta y que sería el titular de la portada —como pocas veces sucede— de los diarios de todo el planeta, y aunque la redacción variaba el enfoque fue el mismo: Las Torres Gemelas fueron derribadas por ataques terroristas.
Hoy se cumplen nueve años de aquel 11 de septiembre (11-S) de 2001 cuando cuatro aviones con pasajeros fueron secuestrados por 19 miembros de la red terrorista Al-Qaeda para suicidarse en sitios clave del país. Dos de las aeronaves — el Vuelo 11 de American Airlines y el Vuelo 175 de United Airlines— se estrellaron contra las Torres Gemelas del World Trade Center en Nueva York; una jornada que marcó un antes y un después en la existencia, estilo y modo de vida del estadounidense.
El Vuelo 77 de American Airlines impactó contra la esquina del Pentágono en Washington, y el cuarto avión, el Vuelo 93 de United Airlines, no logró su objetivo pues los pasajeros y tripulantes secuestrados intentaron recuperar el control de la aeronave, y ésta se precipitó en un campo abierto, en Shanksville, Pensilvania, según informaron fuentes oficiales en aquel entonces. Luego de que capturaran a uno de los líderes de Al Qaeda, Khalid Shaikh Mohammed, éste confesó que el objetivo de ese último vuelo era el Congreso de los Estados Unidos.
En el vuelo United 93 iban cuatro terroristas y en el resto cinco, todos murieron junto a los pasajeros y miembros de la tripulación, pero algunas víctimas lograron llamar desde suscelulares e informar que los captores habían tomado la aeronave a punta de navajas con las que mataron a las azafatas y, al menos, a un piloto o pasajero. Investigaciones de la Comisión del 11-S —que se constituyó el 27 de noviembre de 2002 “para preparar un recuento completo de las circunstancias que rodearon a los atentados del 11 de septiembre de 2001″—, indicaron que también se usó algún tipo de spray para retener a los pasajeros en la cabina de primera clase, y que se amenazó con la presencia de una bomba en tres de los aviones, aunque las conclusiones de esta comisión arrojaron que los avisos de bomba fueron probablemente falsos.
En esa fecha no hubo risas, no hubo festejos, y no terminó como un día normal. Tras casi una década de los sucesos ocurridos, las cifras aún no precisan una cantidad exacta de los muertos y desaparecidos, aunque agencias internacionales que siguieron el caso han reseñado a lo largo del tiempo que el ataque dejó tres mil personas muertas —entre pasajeros de los aviones, funcionarios del Pentágono, individuos nativos y extranjeros que laboraban en las torres, policías y bomberos— y miles de desaparecidos.
Culpables en la mira
Tres días después de los atentados del 11-S una exhaustiva investigación ejecutada por el Buró Federal de Investigación (FBI) y el Departamento de Justicia de Estados Unidos —donde participaron más de 7 mil agentes— arrojó como resultado que los 19 implicados en el ataque eran árabes pertenecientes a la red terrorista Al Qaeda, cuyo fundador y principal líder era y sigue siendo Osama Bin Laden. Hasta hoy, EE UU no lo ha logrado capturar.
De los 19 atacantes, 15 eran oriundos de Arabia Saudita; dos, de los Emiratos Árabes Unidos; uno, de Egipto, y uno del Líbano, quienes cumplieron intenciones declaradas de Al Qaeda, expresada en la ‘fatwa’ —pronunciamiento legal en el Islam— de 1998, por parte de Bin Laden, Ayman al-Zawahiri, Abu-Yasir Rifa’i Ahmad Taha, Shaykh Mir Hamzah y Fazlur Rahman, según las investigaciones oficiales del gobierno estadounidense.
Fuentes revelaron que los árabes tenían anotado en la ‘fatwa’ tres “crímenes y pecados” cometidos por los estadounidenses y por los que tuvieron que pagar con su vida: apoyo militar a Israel, ocupación militar de la península arábiga y la agresión contra el pueblo de Iraq.
Al principio, Bin Laden negó cualquier participación en los atentados y leyó un comunicado emitido por el canal de satélite qatarí Al Jazeera donde decía: “Insisto en que no llevé a cabo este acto, que parece haber sido ejecutado por individuos con sus propios motivos”. No obstante, en noviembre de 2001 las fuerzas de EE UU encontraron una cinta de video casera en una casa destruida en Jalalabad, Afganistán, en donde él habla con Khaled al-Harbi y acepta la responsabilidad al expresar: “Nosotros calculamos por adelantado la cantidad de bajas del enemigo, quienes morirían debido a su ubicación en la torre. Nosotros calculamos que los pisos que debían ser embestidos eran tres o cuatro. Yo era el más optimista de todos debido a mi experiencia en este campo. Yo pensaba que el fuego de la gasolina en el avión derretiría la estructura de hierro del edificio y solamente haría colapsar el área donde el avión chocara y los pisos por encima. Eso era todo lo que esperábamos”. Este fue el primero de numerosos videos que salieron después en los que explicó sus argumentos hasta llegar a calificar de “héroes” a los pilotos de los aviones.
De esta forma se identificó a los culpables de la destrucción de uno de los emblemas de la nación norteamericana, y de tantas almas que murieron ese día y muchas otras que aún permanecen con aquellos dolorosos recuerdos.
Aquella mañana del 11-S Estados Unidos sufrió uno de sus mayores golpes y no se podía quedar así.
El entonces presidente, George Bush, prometió capturar a los responsables; ellos pagarían el daño emocional inmensurable que sufrió la nación. Así volvió a comenzar el llanto, angustia y temor, pero de los árabes. Hoy siguen sufriendo.
Sangre con sangre…Y la guerra comenzó
El gobierno del ahora ex presidente Bush declaró la llamada guerra contra el terrorismo, con los objetivos de llevar a Bin Laden y a Al-Qaeda a la justicia y prevenir la acción de redes terroristas anti-estadounidenses. Tales objetivos se conseguirían a través de sanciones económicas y militares contra Estados percibidos como protectores de terroristas, y con el aumento de la vigilancia e inteligencia global.
El primero en caer fue Afganistán. A casi un mes de los ataques, Estados Unidos con la colaboración de una coalición internacional, invadió ese país, cuyo gobierno supuestamente había dado apoyo a fuerzas de Al-Qaeda. Más relevante fue el apoyo del gobierno pakistaní, que tras los atentados se alineó con los estadounidenses, les cedió bases para la guerra en Afganistán, y arrestó a más de 600 sospechosos de colaborar con la mencionada red terrorista.
El 7 de octubre de 2001 inició la penetración ante la negativa del gobernante del régimen talibán de entregar a Bin Laden, quien presuntamente se había refugiado en ese país.
El 13 de noviembre del mismo año, la capital Kabul fue tomada por la Alianza del Norte y el gobierno quedó en manos de EE UU, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Alianza del Norte. Desde ahí Al Qaeda y los talibanes se unieron y reorganizaron como guerrilla insurgente.
El segundo en caer en la guerra contra el terrorismo fue Irak. Casi dos años más tarde, el 20 de marzo de 2003, EE UU invadió a Iraq, cuya acción militar fue ejecutada junto a Gran Bretaña sin autorización de las Naciones Unidas. Además España, Italia y otros países, se aliaron con el imperio en esta acción y enviaron ayuda humanitaria a la zona.
Para el gobierno norteamericano la incursión era indispensable debido a que Iraq, presuntamente, poseía armas de destrucción masiva ocultas. Esto desencadenó una guerra con miles de muertos hasta la fecha y causó el derrocamiento del gobierno encabezado por Saddam Hussein el 9 de abril de 2003, quien luego fue ejecutado en la horca.
Después de nueve años, Bush concluyó su periodo presidencial, llegó Barack Obama, y aún no hay resultados sobre la búsqueda de las armas de destrucción masiva ni de Bin Laden.
¿Obama pondrá punto final a la guerra?
Todavía no lo ha hecho realmente, pero sí anunció el retiro de las tropas, poco a poco, de los territorios invadidos.
El 1 de julio de 2011 es la fecha “no negociable” para el inicio de salida de soldados estadounidenses del territorio de Afganistán, dijo tiempo atrás Obama, y poco después lo ratificó el portavoz adjunto de la Casa Blanca, Bill Burton.
Por su parte, el secretario de Defensa, Robert Gates, uno de los funcionarios claves en el plan de guerra para Afganistán, respaldó la medida al expresar: “No hay duda, en la mente de nadie, de que vamos a comenzar a reducir el número de tropas en julio de 2011″. Es decir, un año más para que siga corriendo la sangre en ese país, y sin un pronunciamiento concreto de la retirada final.
En cuanto a Irak, la retirada de tropas empezó hace unos meses pero aún se mantienen miles de soldados en bases ubicadas lejos de las zonas urbanas y como colaboradores en el ejército iraquí, y en este país sí se espera el retiro completo de las tropas para finales de 2011.
“La operación Libertad Iraquí ha terminado y el pueblo de Irak tiene ahora la responsabilidad principal por la seguridad de su país “, anunció oficialmente Obama hace casi dos semanas.
Asimismo, mencionó que “poner fin a esta guerra no está sólo en el interés de Irak, está en el nuestro”, ya que Washington “ha pagado un gran precio para poner el futuro de Irak en manos de su pueblo”, por lo que algunos se preguntan ¿y la gente de Irak no pagó también un precio muy alto en el que muchos terminaron en una tumba?
Si embargo, Obama destacó: “Hemos perseverado debido a la creencia que compartimos con el pueblo iraquí, una creencia que de las cenizas de la guerra un nuevo comienzo podría nacer en esta cuna de la civilización”. En esta para podría recordarse el viejo adagio que reza: “La guerra sólo comprueba una cosa: que el ser humano sigue siendo un inhumano”.
Obama se juega la reelección en 2012, ¿será premiado o rechazado por el pueblo?
Teorías de la conspiración
Los atentados del 11-S generaron decenas de opiniones, investigaciones y teorías, desde las más factibles hasta algunas refutadas con vehemencia por sus detractores. El asunto es que múltiples expertos aseveran que los autores intelectuales de los ataques no fueron los terroristas árabes, sino planeados por el mismo gobierno norteamericano que buscaba una excusa para invadir el territorio de Afganistán y posteriormente el iraquí, y con esto apoderarse de los inmensos yacimientos petrolíferos que poseían.
Estas teorías cuestionan la posibilidad de que un avión hubiese chocado contra el Pentágono; que las Torres Gemelas o la Torre Nº 7 del World Trade Center se derrumbaran como lo hicieron a raíz del impacto de las aeronaves, y no como consecuencia de la colocación de cargas explosivas en una demolición hecha a control remoto —hipótesis de algunos teóricos—, y que en el vuelo 93 de United hubiese existido una riña entre los pasajeros y los terroristas. De esta última afirman que la aeronave no fue derribada por el enfrentamiento sino por un ataque de cazas de la Fuerza aérea de Estados Unidos.
Los expertos también aseveran haber encontrado incongruencias que ponen en duda toda la versión gubernamental, y que indican que lo dicho y hecho por EE UU fue un plan orquestado tiempo atrás por ellos mismos. Algunas de las supuestas inconsistencias que los críticos mencionan serían el hecho de que, en teoría, era imposible que un avión pudiera acercarse al Pentágono sin accionar las defensas antiaéreas o que el FBI hubiese localizado el pasaporte intacto de uno de los terroristas dentro de los restos humeantes del World Trade Center, tras destacar que el fuego ardió hasta tres meses luego del ataque.
Entre los principales opositores a la versión dada por el gobierno norteamericano se encuentra el periodista francés y director de la web de extrema izquierda Red Voltaire Thierry Meyssan, quien escribió un libro titulado La gran impostura, donde describe una serie de razones y argumentos por los que no es posible dar por cierta la versión gubernamental. Otro seguidor de estas versiones es el cineasta estadounidense Michael Moore, quien realizó el documental Fahrenheit 9/11 para explicar las verdaderas razones de las invasiones.
Aún hoy esas teorías siguen vigentes aunque no se han comprobado totalmente, pero tampoco han aparecido los motivos principales que dio el gobierno de EE UU para iniciar la guerra: armas de destrucción masiva y Bin Laden. Tras casi una década, ni un solo militar -de los miles que invadieron las dos naciones árabes- ha visto un cabello de Bin Laden o una de esas armas, pero miles de soldados y civiles han muerto, muchos más de los que perecieron en el atentado.
El Corán en fuego
Uno de los hechos más recientes que tiene que ver con el atentado a las Torres Gemelas, fue la amenaza que hizo el pastor estadounidense Terry Jones, quien lidera una pequeña iglesia evangélica, Dove World Outreach Center, en la ciudad de Gainesville, Florida, de quemar hoy sábado el Corán, el libro que contiene las revelaciones de Dios a Mahoma y que es fundamento de la religión musulmana.
“La quema del Corán es para llamar la atención de que algo anda mal (…) Necesitamos ponernos de pie y enfrentar el terrorismo”, dijo al referirse a los ataques del 11 de septiembre. No obstante, luego de la condena mundial y la intensa presión que recibió por pensar incendiar 200 copias del Corán, anteayer dio un paso atrás y aseguró que su plan ya no se llevaría a cabo.
La acción que pretendió realizar Jones fue rechazada, entre otras personalidades, por el mismo Obama, el gobierno de India, Israel, Indonesia, Irán, Irak y el Vaticano.
Y así se conmemora un año más del atentado a las Torres Gemelas, atentado al imperio de EE UU, y atentado al derecho de la vida
No hay comentarios:
Publicar un comentario