Calvin Klein, Dolce & Gabanna,Armani y otras casas de alta costura, recurren a provocativos y polémicos anuncios para crear impacto en el público.
La moda fue el primer rubro que se animó a apostar por campañas diferentes, arriesgadas, sensuales y sexualmente atrevidas para llamar la atención del público ávido de novedad.
Entre las primeras firmas de moda que adoptaron el nuevo concepto destaca Calvin Klein. Renombrados fotógrafos, como Oliviero Toscani, Terry Richardson y Steven Meisel hicieron posible este cambio.
La versión eslectrónica de la revista Marie Claire y el sitio web Orange.es recopilaron las campañas publicitarias más controversiales del mundo de la moda.
En 2005 se publicaron fotografias de la top model británica Kate Moss aspirando cocaína. En 2007, la firma Sisley se apoyó en ese escándalo para crear una campaña que tenía por lema: Fashion Junkie, es decir, "adicta a la moda". El anuncio fue polémico, ya que parecía promocionar al consumo de drogas. La marca negó que el impreso fuera obra suya.
Puma también causó controversia al mostrar en uno de sus anuncios la imagen de una mujer agachada frente a las piernas de un hombre. Parecería que realiza una felación.
En 1980 salió un spot televisivo protagonizado por Brooke Shields, quien en aquel entonces tenía 16 años. En él, la actriz decía: "¿Quieres saber qué hay entre mis Calvins y yo? Nada". Calvin Klein ha puesto a cuadro a numerosos adolescentes semidesnudos en escenarios sugerentes, calificados por algunos como pornográficos.
Un anuncio en que Eva Méndez mostraba parte de su pezón también fue censurado. Tuvo la misma suerte que el siguiente cartel, donde un trío de adolescentes está a punto de tener relaciones. Su adaptación televisiva fue censurada en Estados Unidos. La fotografía y arte estuvo a cargo de Steven Meisel.
El fotógrafo Oliviero Toscani siempre ha causado controversia por sus imágenes, especialmente por las fotografías que utilizó para las campañas de Benetton. Ellas aluden a diferencias de raza, injusticias y sexo.
Toscani fue el creador de una campaña en contra de la anorexia, perteneciente a la marca Nolita. En ella se puede ver a la ex modelo Isabelle Caro posando desnuda y mostrando se extrema delgadez a causa del trastorno alimenticio.
Al respecto, el diseñador Giorgio Armani opinó: "estas campañas con imágenes tan duras y de tanta crudeza son justas y oportunas". Mientras que Fabiola De Clercq, presidente de la Asociación para el Estudio y la Investigación de la Anorexia, consideró "una exageración mostrar un cuerpo de esa manera tan cruda".
Dolce & Gabanna es otra casa de modas que ha hecho uso de la controversia para llamar la atención. Muchas de sus campañas han sido criticadas por denigrar a la mujer. En 2007, un organismo dependiente del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de España consideró que una de sus campañas incitaba a la violencia sexista.
El Tribunal de Gran Instancia de París prohibió un anuncio de la firma Marithé and François Girbaud, por "utilizar una escena sagrada con fines mercantiles" y presentar a mujeres en posociones "lascivas y sugestivas". La imagen está basada en el cuadro La última cena de Leonardo da Vinci, informó la versión electrónica de la revista Vogue.
La moda fue el primer rubro que se animó a apostar por campañas diferentes, arriesgadas, sensuales y sexualmente atrevidas para llamar la atención del público ávido de novedad.
Entre las primeras firmas de moda que adoptaron el nuevo concepto destaca Calvin Klein. Renombrados fotógrafos, como Oliviero Toscani, Terry Richardson y Steven Meisel hicieron posible este cambio.
La versión eslectrónica de la revista Marie Claire y el sitio web Orange.es recopilaron las campañas publicitarias más controversiales del mundo de la moda.
En 2005 se publicaron fotografias de la top model británica Kate Moss aspirando cocaína. En 2007, la firma Sisley se apoyó en ese escándalo para crear una campaña que tenía por lema: Fashion Junkie, es decir, "adicta a la moda". El anuncio fue polémico, ya que parecía promocionar al consumo de drogas. La marca negó que el impreso fuera obra suya.
Puma también causó controversia al mostrar en uno de sus anuncios la imagen de una mujer agachada frente a las piernas de un hombre. Parecería que realiza una felación.
En 1980 salió un spot televisivo protagonizado por Brooke Shields, quien en aquel entonces tenía 16 años. En él, la actriz decía: "¿Quieres saber qué hay entre mis Calvins y yo? Nada". Calvin Klein ha puesto a cuadro a numerosos adolescentes semidesnudos en escenarios sugerentes, calificados por algunos como pornográficos.
Un anuncio en que Eva Méndez mostraba parte de su pezón también fue censurado. Tuvo la misma suerte que el siguiente cartel, donde un trío de adolescentes está a punto de tener relaciones. Su adaptación televisiva fue censurada en Estados Unidos. La fotografía y arte estuvo a cargo de Steven Meisel.
El fotógrafo Oliviero Toscani siempre ha causado controversia por sus imágenes, especialmente por las fotografías que utilizó para las campañas de Benetton. Ellas aluden a diferencias de raza, injusticias y sexo.
Toscani fue el creador de una campaña en contra de la anorexia, perteneciente a la marca Nolita. En ella se puede ver a la ex modelo Isabelle Caro posando desnuda y mostrando se extrema delgadez a causa del trastorno alimenticio.
Al respecto, el diseñador Giorgio Armani opinó: "estas campañas con imágenes tan duras y de tanta crudeza son justas y oportunas". Mientras que Fabiola De Clercq, presidente de la Asociación para el Estudio y la Investigación de la Anorexia, consideró "una exageración mostrar un cuerpo de esa manera tan cruda".
Dolce & Gabanna es otra casa de modas que ha hecho uso de la controversia para llamar la atención. Muchas de sus campañas han sido criticadas por denigrar a la mujer. En 2007, un organismo dependiente del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de España consideró que una de sus campañas incitaba a la violencia sexista.
El Tribunal de Gran Instancia de París prohibió un anuncio de la firma Marithé and François Girbaud, por "utilizar una escena sagrada con fines mercantiles" y presentar a mujeres en posociones "lascivas y sugestivas". La imagen está basada en el cuadro La última cena de Leonardo da Vinci, informó la versión electrónica de la revista Vogue.
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