Vencer la obesidad es uno de los retos más difíciles que confronta la ciencia médica hoy en día. Existe una gran cantidad de métodos para enfrentarlos y dietas para perder peso, pero, en la mayoría de los casos, quienes deciden seguirlas ven fracasar sus esfuerzos.
Una de las fallas que comúnmente se observan en los métodos de adelgazamiento es que se dirigen a tratar la gordura y no los impulsos adictivos para ingerir alimentos en las horas que más engordan; es decir, no se toman en cuenta las oscilaciones que cada 24 horas determinan en que momento del día los alimentos dejan de transformarse en energía para convertirse en grasa.
En ¡Ni una dieta más!, la doctora Daniela Jakubowicz nos enseña cómo se puede adelgazar en forma permanente con una dieta acoplada a los ritmos hormonales.
Este nuevo enfoque le permitirá controlar el hambre y las fuerzas adictivas que lo impulsan a comer dulces y harinas. Una forma de nutrirse que acelera su metabolismo y facilita la transformación de los alimentos en energía que lo protegerá de la obesidad y su temido retorno.
La Dra. Daniela Jakubowicz es endocrinóloga ha estudiado durante más de 15 años el síndrome metabólico con enfoque especial hacia la obesidad, la diabetes y el ovario poliquístico.
DATOS A CONSIDERAR
Según la doctora Daniela Jakubowicz las harinas, en el desayuno, no engordan y permiten controlar el deseo por los azúcares por la tarde. Tanto el pan, como las galletas, así como la pasta, el arroz, la yuca, los plátanos, los caramelos y las papas son, bioqímicamente, entendidos como azúcar. Ingerir estos alimentos en el desayuno, la protegerá de la tentación y el deseo de comerlos por las tardes, una hora poco conveniente.
“Guarde las golosinas para el desayuno”, agrega la especialista. “Aunque no aceleran el metabolismo, la sostenida elevación de la serotonina que se produce al incluir dulces y chocolates en el desayuno, mitiga la depresión, la tristeza y la atracción por las golosinas”. El efecto final será que, al atardecer, los dulces ya no provocarán. Los mirará con indiferencia.
El método circadiano se sustenta sobre dos propósitos: el control del hambre y la adicción hacia los carbohidratos.
La dieta debe facilitar la mayor utilización de la grasa durante la noche. Disminuyendo el consumo de las harinas en las noches, obligará al organismo a utilizar la reserva de grasa. Sólo perderá peso a expensas de la grasa, sin menoscabar las proteínas musculares, ni el colágeno de la piel.
LO IDEAL
Desayuno: dos vasos de leche descremada: uno con café y edulzante y otro batido con media taza de melón. Cuatro rebanadas de queso blanco. De 90 a 100 gramos de pollo o seis rebanadas de pescado o pechuga de pavo. Una cucharadita de aceite vegetal. Dos rebanadas de pan. Un chocolate mediano.
Almuerzo: De 90 a 100 gramos de carne guisada sin aceite. Tres tazas que se separarán en una taza de brócoli, otra de espárragos sancochados y una adicional de ensalada de tomate y lechuga. Sopa elaborada con una taza de zanahoria. Taza y media de leche para el postre. Un vaso de jugo de mandarina. Se debe almorzar antes de las dos de la tarde.
Cena, el snack y alimentos para picar: A partir de las 2:00 de la tarde se puede comer todos lo tomates que quiera y la cantidad que desee de palmitos, espárragos, pepinos, brócoli, coliflor y champiñones. Estos alimentos tienen poca azúcar. Otra opción de cena es comer hasta 200 gramos de zanahorias. Las verduras pueden ser sancochadas o crudas. Prepárelas en sopa o ensaladas. Puede adicionarles ajo, pimienta, vinagre o limón. Pero sin agregar mayonesa, cubitos u otras grasas.
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