miércoles, 22 de febrero de 2012

ENTRE RELACIONES GAY Y TARDES SERENAS.


Realmente nunca antes me había dado cuenta en la cantidad de parejas homosexuales que se ven por Santo Domingo.  Los veo caminando por ciertos lugares, discotecas, bares y cenando en los pequeños restaurantes de algunos lugares como Segafredo, Dock, y varios lados de la ciudad, realmente somos pocos los que nos damos cuenta de ellos pero realmente existen las relaciones sobre todo mas conservadoras en la ciudad.

No son dúos espectaculares, sino todo lo contrario: gente muy discreta, tranquila, a menudo con aspecto educado. Realmente los ves y si te animas a concentrarte bien en ellos, los irás notando poco a poco, aprendes de ellos en pequeñas cantidades, algunos con gestos que se hacen notar y otros muy masculinos que no pensarías que son gay, y realmente me siento muy orgulloso poder ver personas así en la ciudad que llevan una vida normal, sencilla y sin llevar un circo sobre sus cabezas diciendo, SOY GAY,  tengo una pareja de amigos que cuando sales con ellos, te hacen sentir tan bien que al conllevar una conversación te sientes tan cómodo, y la gracia contenida que me siento flotar con ellos al hablar.
Realmente aprendes mucho con ellos, aprendes tanto por su educación y sobre todo el comportamiento entre ellos como parejas  respetuosos y con elegancia al tratar ciertos temas.
Salí a comer algo por la tarde en el restaurante de Segafredo y había una pareja, hombre y hombre, de mediana edad, tranquilos sentados compartiendo entre ellos uno de ellos leía un libro y el otro disfrutaba de una copa de vino acompañado de su perro. Se sentaban muy juntos, y discretamente entre sus sonrisas se les notaba que se daban un poco de calor entre ellos con ciertos roces de manos y algunas caricias disimuladas.

Y mientras miras y miras me daba cuenta de que no eran los únicos algunos sentados ahí con sus amigos y otros que solo esperaban quizás ser enamorados por la tarde de ese lugar que hace la diferencia en la zona colonial, algunos quietos y callados, mirando y disfrutando de las copas, y de pronto la pareja, que estaba a mi lado, se paran se abrazan como dos amigos y entre risas se alejan del lugar. Realmente una escena muy conmovedora. Parecían muy felices, dos tipos con suerte en el amor.
Continúe y me dispuse a leer un libro mientras pedía una picadera y una bebida cosmopolita, y mientras pedía la cuenta me dispuse a caminar por la zona me sentía cómodo y andaba solo y mientras cruzaba el parque de la catedral de santo domingo, y entre caminos miraba largas adolescencias cruzando el parque  que solo daban vueltas y vueltas como queriendo buscar algo mas o quizás solo llamar la atención de alguna mirada, algunos solo se enamoraban, otros sentados en las sillas de restaurantes escribiendo en sus BlackBerry y mientras cae la noche, los ves por las noches de tirarse a la calle soñando con un príncipe azul de la misma edad o mas, para volver de madrugada, hechos una mierda, llenos de asco y de soledad.

Realmente en republica dominicana la homosexualidad a crecido de una manera increíble y muchos ya se están destapando, y hay hombres que estaban hasta casados terminan divorciándose y empiezan una vida distinta con otro tipo de orientación sexual, las cosas han cambiado en nuestra sociedad y aun así nadie quiere aceptar esto, hay mucha homofobia y machismo, el hombre de ahora ya esta perdiendo el miedo a los tabúes que dentro de pocos años la sociedad gay tanto hombres como lesbianas se irán destapando mas y mas que ya nadie tendrá miedo en decir a un hombre que tiene bonitos ojos, o una mirada de alguien de tu mismo sexo tratando de pedirte amor, o Amistad,  aunque lo mas probable en otros que no saben manejarse es probable que le parta a uno la cara.
Y cuando apetece salir, conocer, hablar, enamorarse o lo que sea, en vez de un café o un bar, verse condenado de por vida a los locales de ambiente, las madrugadas entre cuerpos varoniles, reinonas escandalosas y drag queens de vía estrecha. Salvo que alguno -muchos- lo tenga mal asumido  o los lugares de mayor frecuencia como los gym y algunos saunas.
A veces pienso en lo afortunado, o lo sólido, o lo entero, que somos como homosexuales que conseguimos  llegar a las buenas amistades. Somos personas que no odiamos pero desaforadamente  somos muy envidiosos algunos a esta sociedad hipócrita, nos obsesionamos por averiguar todo, juzgamos y condenamos con quién se mete el otro, o no se mete, en la cama.

Envidio la ecuanimidad, la sangre fría, de quien puede mantenerse sereno y seguir viviendo como si tal cosa, sin rencor, a lo suyo, en vez de echarse a la calle a volarle los huevos a la gente que por activa o por pasiva ha destrozado su vida, y sigue destrozando la de los chicos de catorce o quince años que a diario, todavía hoy, siguen teniéndolo igual que él lo tuvo: las mismas angustias, los mismos chistes de maricones en la tele, el mismo desprecio alrededor, la misma soledad y la misma amargura.
Pensaba en todo eso mientras me acorde de aquella Hermosa pareja en aquel restaurante  dándose amor el uno contra el otro, hombro con hombro. Y antes de volver a lo mío y olvidarlos, me pregunté cuantos mas  hacen lo mismo y no los vemos mientras que otros viven atormentados buscando el amor en camas y en antros donde es muy difícil encontrarlos, cuántas infelices almas errantes no habrían dado cualquier cosa, incluso la vida, por estar en su lugar. De pronto una llamada en mi celular, haciéndome una invitación a cenar y pasar una velada con alguien que quizás podría ser algo en mi vida pero para mi lo mas importante es la amistad y conocer hasta poder decidir si realmente es apto para poder llevar una relación conmigo. Por eso el tiempo nos dirá.
R.E.M

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