EL MATRIMONIO HOMOSEXUAL ANTES DEL SIGLO XX (RESUMEN DE PUBLICACIONES).
ofrezco un resumen con los
enlaces de los artículos publicados sobre el matrimonio homosexual
(adelphopoiesis) desde la Antigüedad hasta el siglo XIV.
Uniones que tuvieron su origen en la Biblia (Rut y Noemi o David y Jonatán),
se extendieron por Oriente los siglos IV a VI y llegaron a la Europa
Occidental hasta el siglo XIV. Después durante siglos fueron breves
excepciones y al margen de los poderes públicos o religiosos.
Los casos conocidos son principalmente entre parejas masculinas, aunque el culto a Felicitas y Perpetua (http://leopoldest.blogspot.com/2010/10/san-agustin-y-el-caldero-de-amores.html ) nos señala la posibilidad de estos ritos entre mujeres.
A diferencia de las uniones
heterosexuales, estas eran compromisos libres, en los que el amor y la
amistad jugaban un papel importante. No faltará quien niegue que
existiera sexo dentro de estas uniones, como tampoco falta quien niegue
la presencia de las relaciones homosexuales en todas las épocas del
hombre.
Este tipo de relaciones
no eran contradictorias con el matrimonio tradicional, concebido por
razones de estado u económicas, Así podemos ver reyes como Eduardo II o Basilio I
que tenían sus esposas con las que cuya única relación era la
descendencia, mientras vivían con sus parejas masculinas tras el
pacto-rito de hermanamiento.
En la relación falta Juan II Valois (el mal llamado Bueno) con el infante Fernando de la Cierva y Juan II Trastámara con Alvaro de Luna. Ambas relaciones existieron, pero la existencia del pacto ya no es tan evidente.
En la relación falta Juan II Valois (el mal llamado Bueno) con el infante Fernando de la Cierva y Juan II Trastámara con Alvaro de Luna. Ambas relaciones existieron, pero la existencia del pacto ya no es tan evidente.
SAN AGUSTÍN Y EL CALDERO DE AMORES ILICITOS.
Cuando se trata de mujeres la cosa se complica aun mas. Es el caso de la noble Perpetua y su esclava Felicitas, sabemos que su culto en la antiguedad era equiparado al de otros santos, hecho que llevó a Agustín de Hipona a protestar airadamente pues la mujer no podía estar en igualdad de condiciones que el hombre.
La leyenda cuenta que Perpetua tuvo un sueño, en el cual ella se transformaba en un hombre y luchaba por la liberación de sus correligionarios. Algunos textos también hablan de ellas como los "soldados mas viriles". Habría datos para poder ver en ello un posible hermanamiento, pero Boswell no las cita. Si en cambio encontramos referencias en "Cristianos y renuncia social" de Peter Brown.
Si en cambio sabemos de la existencia de Agustín de Hipona, y el mismo nos habla de sus deseos carnales en sus confesiones:
"Cuando llegué a Cartago, a mi alrededor
bullía un caldero de amores ilícitos. Yo nunca había amado y estaba
ansioso por amar. ( ... ) Me parecía dulce amar y ser amado, y mucho
más si podía disfrutar del cuerpo de la persona amada. De modo que
contaminé el agua primaveral de la amistad con la suciedad de la
concupiscencia. Enlodé su limpia corriente con el infierno de la
lujuria y, a pesar de ser impuro e inmoral, con mi exceso de vanidad
solía comportarme como un hombre de mundo que frecuenta los lugares
elegantes que están de moda. Me zambullí de cabeza en el amor, ya que
anhelaba que me atrapase"
Agustín bebió del maniqueismo que
curiosamente era condescendiente con las relaciones homosexuales a pesar
de que condenaba la búsqueda de placeres sexuales.
Él mismo nos habla de la dulce relación que
mantuvo con un joven cristiano, "lo mas dulce que experimenté en mi
vida", la relación duró un año pues el joven murió:
"fue
arrebatado a mi locura para poder ser preservado contigo para mi
consuelo. Pocos días después, estando yo ausente, regresaron las
fiebres y falleció". San Agustín quedó desolado. "Todo
lo que había compartido con él, sin él quedaba reducido a un tormento
cruel. ( ... ) Me sorprendía que siguieran vivos otros mortales puesto
que había muerto aquel a quien yo había amado como si no fuera a morir
jamás. Y me sorprendió aún más el hecho de que mientras él estaba
muerto yo estuviera vivo, porque él era mi "otro yo". Ya lo había dicho
alguien refiriéndose a su amigo: que "era la mitad de mi alma". Había
llegado a sentir que mi alma y la suya eran "una sola alma dentro de
dos cuerpos". De modo que mi vida se convirtió en un horror. No quería
vivir sólo con la mitad de mí mismo, y tal vez el motivo por el cual le
temía tanto a la muerte era que entonces habría muerto la totalidad de
mi amado amigo."
San Agustín antes de aceptar el cristianismo
tuvo una amante con la que tuvo un hijo. Después arremetió duramente
contra la presencia de la mujer en la Iglesia y condenó el "pecado
nefando o contra natura". Lógicamente a pesar de las evidencias
aportadas por las Confesiones del propio obispo, la Iglesia católica lo
niega rotundamente.
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