Muchos padres y madres no saben qué responder cuando sus hijos preguntan sobre el casamiento de personas del mismo sexo. Opina un especialista.
Para muchos padres explicarles a sus hijos "qué implica" el matrimonio de personas del mismo sexo resulta incómodo y difícil. Hasta la sanción de la ley que habilitó el matrimonio entre homosexuales no era habitual que los chicos pequeños o los adolescentes preguntaran por qué se casan dos varones, o dos mujeres. Pero de unos meses a esta parte el tema está instalado en los medios de manera permanente, y entonces es necesario, casi inevitable, ponerle palabras a las imágenes que se multiplican en la televisión y los diarios o a situaciones que de manera cada vez más frecuente observan en la vida diaria.
Horacio Belgich, doctor en Psicología de la Universidad Nacional de Rosario y autor de varios libros sobre sexualidad y educación, explica cómo los adultos deben encarar este tema.
—¿Cómo hay que responderles a los chicos cuando preguntan sobre la homosexualidad y el casamiento entre personas del mismo sexo?
—Padres y docentes pueden no tener todas las herramientas para dar una respuesta, pero es necesario que le pongan palabras a través de sus propios criterios. El adulto y el niño están enmarcados en una cultura de los medios, entonces es muy difícil no escuchar esto que está sucediendo. La transmisión del contenido como respuesta debe ser, ante todo, no discriminatoria.
—¿Cómo hay que responderles a los chicos cuando preguntan sobre la homosexualidad y el casamiento entre personas del mismo sexo?
—Padres y docentes pueden no tener todas las herramientas para dar una respuesta, pero es necesario que le pongan palabras a través de sus propios criterios. El adulto y el niño están enmarcados en una cultura de los medios, entonces es muy difícil no escuchar esto que está sucediendo. La transmisión del contenido como respuesta debe ser, ante todo, no discriminatoria.
—Al explicarles a los más chicos, ¿el adulto debe decirles cuál es su postura frente al tema?
—Seguramente. Pero si se trata de una persona fundamentalista, que cree que los homosexuales están enfermos o son raros, hay que tener máximo cuidado, porque se pueden generar riesgos para la salud mental del niño, ya que se lo está enmarcando en situaciones de violencia que quizá pueda reproducir cuando sea joven o adulto.
— Si la inquietud del menor no surge, ¿hay que invitarlo a hablar de esto?
—Lo concreto es que los chicos están escuchando desde hace meses los comentarios en los medios, en su casa y en la escuela. Pregunten o no tienen información. De todos modos hay que considerar cómo se siente el adulto para promover esas preguntas. Quizá el niño no pregunta porque siente la incomodidad del adulto sobre el tema.
—Lo concreto es que los chicos están escuchando desde hace meses los comentarios en los medios, en su casa y en la escuela. Pregunten o no tienen información. De todos modos hay que considerar cómo se siente el adulto para promover esas preguntas. Quizá el niño no pregunta porque siente la incomodidad del adulto sobre el tema.
—¿Hay una mejor manera de plantearlo?
—Una trasmisión muy clara para que un niño crezca sano es esta: “No importa a quién elijas, no importa qué es lo que hacés con el o ella mientras no haya violencia y abuso. Lo importante es cómo te sentís con esa pareja, con esa elección”. Esta es la idea. Este es el mensaje...
—Una trasmisión muy clara para que un niño crezca sano es esta: “No importa a quién elijas, no importa qué es lo que hacés con el o ella mientras no haya violencia y abuso. Lo importante es cómo te sentís con esa pareja, con esa elección”. Esta es la idea. Este es el mensaje...
—¿Por qué, en general, a los padres les cuesta tanto hablar de sexualidad con sus hijos?
—Es cultural. Por muchísimo tiempo ha sido un tema silenciado, y temido. Fundamentalmente porque los discursos tradicionales han estado muy ligados a la iglesia pero también a la ciencia del siglo XIX, que promovió una sexualidad para ser ejercida únicamente en el marco del matrimonio. Aquella sexualidad más libre, más diversa, estaba hasta penada judicialmente. Los que somos adultos hoy hemos recibido de alguna manera aquel mandato de silenciar sobre una problemática que es quizá uno de los primeros derechos a ser respetados. Lamentablemente, en el consultorio, uno encuentra, no sólo la imposibilidad de tocar estos temas con los hijos sino muchas situaciones de sufrimiento de personas que han recibido a lo largo de su vida silencios como respuestas, cuando se trataba de sexualidad.
—Es cultural. Por muchísimo tiempo ha sido un tema silenciado, y temido. Fundamentalmente porque los discursos tradicionales han estado muy ligados a la iglesia pero también a la ciencia del siglo XIX, que promovió una sexualidad para ser ejercida únicamente en el marco del matrimonio. Aquella sexualidad más libre, más diversa, estaba hasta penada judicialmente. Los que somos adultos hoy hemos recibido de alguna manera aquel mandato de silenciar sobre una problemática que es quizá uno de los primeros derechos a ser respetados. Lamentablemente, en el consultorio, uno encuentra, no sólo la imposibilidad de tocar estos temas con los hijos sino muchas situaciones de sufrimiento de personas que han recibido a lo largo de su vida silencios como respuestas, cuando se trataba de sexualidad.
—Si el chico está mirando televisión y ve la noticia de una boda entre homosexuales, ¿es necesario decirle algo?
—¿Por qué no? Hay que intentar hablar con la misma naturalidad con la que se habla de otros temas que no necesariamente son sencillos. Curiosamente, a algunos adultos les resulta más fácil explicar un asesinato en el marco de un robo o hablar de la violencia y de muerte, que explicar el amor.
—¿Por qué no? Hay que intentar hablar con la misma naturalidad con la que se habla de otros temas que no necesariamente son sencillos. Curiosamente, a algunos adultos les resulta más fácil explicar un asesinato en el marco de un robo o hablar de la violencia y de muerte, que explicar el amor.
Por Florencia O´Keeffe. DIARIOLOSANDES.
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