miércoles, 3 de noviembre de 2010

LGTB

¿Todos Somos LGTB? Otra mirada

Creo que mi compañero ha entrado de lleno a un debate que se dá -aunque quizás menos amigablemente- en la comunidad LGTB, y más precisamente entre los gays. El disparador es una frase en un artículo del Gay.com americano, Taking LGBT off the menu, donde un anónimo autor sentencia “No soy igual que una lesbiana, no soy igual que alguien trans”…a lo que Leandro, luego de reivindicar “nuestras propias y maravillosas características que no compartimos con el resto“, supone que “la pretensión de identificación” aparece como algo que puede resultar “forzado y perjudicial”.

Años de activismo dentro y fuera del país me han demostraron que para concientizarnos verdaderamente del significado de la palabra libertad, hay que empezar por ser libres uno mismo.

De nada vale pregonar que estamos por la diversidad y los derechos de todos y todas, si no empezamos a vernos iguales dentro de la diversidad y parte de una misma lucha: la conquista de los derechos de todas y todos, particulares y colectivos.

El machismo, el desconocimiento y el temor a lo distinto es lo que surge de esas apreciaciones tanto en el artículo de Gay.com como de las frases del amigo Fogliatti.

Digo esto, porque no creo que ninguno de los dos piense objetivamente en sesecionar de alguna manera maliciosa a las diferentes realidades LGTB.

Lo desconocido aleja, alguien comenta en ese mismo artículo:  “A mi en estos días se me cruza la duda si ir o no a la marcha (del orgullo), por que? porque el slogan político no me identifica, la búsqueda de Ley de Identidad de Género no me interesa!!!”.

Me pregunto dónde ha quedado -al menos- la solidaridad en este comentario.
Parecería que una vez que hemos logrado la Ley de Matrimonio Igualitario, ciertas cosas se olvidan.

Quiero recordar algunas:
1. Durante años las marchas del Orgullo eran simplemente Gay-Lésbico, sin embargo cientos de compañeras y compañeros trans llenaban la marcha con su presencia, su colorido y sus reivindicaciones. Se podría decir que mientras muchas y muchos se quedaban en sus casas “no voy a esas marchas porque están llenas de travestis y no me identificó“, las travas le ponían el pecho a la movilización -literalmente- agigantando la concurrencia y dándole una vital importancia a la cantidad de participantes de las Marchas.En la campaña por la Ley de Matrimonio Igualitario, en las provincias con escaso activismo de gays o lesbianas, fueron, una vez más, las organizaciones trans las que llevaron adelante la lucha.

2. Si bien en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se han eliminado los edictos policiales, hay 9 provincias del Interior del País que aún mantienen códigos contravencionales represores, que permiten la detención de las personas trans.

3. Día a día, personas trans tienen múltiples problemas para acceder a un trabajo o simplemente para realizar gestiones y trámites, o hacer uso de su Obra Social, porque su identidad no coincide con la imagen y el nombre que mantiene su DNI.

4. Que siendo el sector más discriminado por toda la sociedad, incluso -y lamentablemente- por los homosexuales; las personas trans tienen serios problemas de inserción, siendo relegadas al último escalón de las reivindicaciones.Me pregunto simplemente, ¿porqué?.
No quiero hacer una reivindicación barata de la igualdad.
Quiero simplemente que empecemos a derribar nuestros prejuicios desde la comodidad de un planteo de clase media de hombre gay.

En el gran Buenos Aires y el Interior del país, generalmente estos debates se terminan en la cotidianeidad del todo por hacer.

No hay cosas que no interesan, porque hay mucho de prejuicio y persecución que derribar; y hay miserias y problemas mucho más graves que saber que empresa será la que haga el Catering de la boda de Susana y Marta, o de Ariel y Pancho.

Hay que empezar a mirar un poco más allá de lo que nuestras limitaciones permiten.
Que nos acerquemos a lo diverso y que vivamos lo diferente.

Una vez que todas y todos tengamos los mismos derechos y podamos decir claramente que vivimos en un país más justo, ahí, justo en ese momento podremos empezar a decidir qué es mejor para nuestra comunidad LGTB.

No es sólo una “cuestión funcional” ni derechos “comunes“.
Estamos hablando de igualdad real, y de derechos distintos y específicos pero que hacen a un todo.
Estamos hablando -en esencia- de la Libertad.

Sino, simplemente somos políticamente correctas y correctos, y eso -ya sabemos- que no nos lleva a ninguna parte.

 

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